Cuando era pequeña solía fabricar besos, cada uno era único, diferente e inutilizable, cada uno pertenecía y estaba hecho a la medida de alguien en concreto, los llenaba de ilusión, de cariño y de ternura, a veces se me acababan ,sobre todo para las personas con las que en un periodo de tiempo de menos de 2 horas había reñido. No era una niña cariñosa, nunca he sido cariñosa, ahora tampoco lo soy, (queja de muchas personas), pero sin embargo si que tenía una fábrica de besos, mi escusa preferida para cuando me pedían un beso y por algún motivo desconocido no quería darlo, era un: "No me quedan!, tengo que fabricar". En verdad creo que fue idea de mi tío, lo de la fabrica de besos, yo solo la acepté y desarrollé. Nada más que decir, nada más que contar, un simple y vago recuerdo de la infancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario