sábado, 26 de octubre de 2013

Día armónico

Hoy el día es un colegio musical.
Más de un trillón
de aves, cantan la lección
de armonía que el egregio
profesor Sol les señala
desde su sillón cobalto;
y dan vueltas en lo alto
con un libro abierto: el ala.

Autor: Miguel Hernández 

Soledad

En esta siesta de otoño,
bajo este olmo colosal,
que ya sus redondas hojas
al viento comienzo a echar,
tu me das, tú, plenamente,
dulce y sola Soledad.
Solamente un solo pájaro,
el mismo de todas las
siestas, teclea en el olmo
su trinado musical,
veloz, como si tuviera
mucha prisa en acabar.
¡Cuál te amo! ¡Cuál te agradezco
este venírteme a dar
en esta siesta de otoño,
bajo este olmo colosal,
tan dulce, tan plenamente
y tan sola Soledad!

Autor: Miguel Hernández

Mensaje de la madre naturaleza

Por favor, respétala.

El primer día de mi vida sin ti

Entre tus nubes y mis contraluces,
fuiste cubriendo el cielo con las cruces,
que terminaron por tapar el Sol.

Tu voz sonaba tan arrepentida,
arrodillado como un niño en la orilla,
desenterrando un poco de tu amor.

Y ahora que te digo: "Adiós"
y se abren mis alas
me pides perdón.

"Te quise como a nada más,
como al respirar,
te quise como el fuego al viento
en una noche de San Juan.
Y ahora que me voy me das,
la luna sobre el mar.
Ahora que no hay más destino
que el camino en soledad."

Ya queda poco por decir,
y poco para recordar.
Que llora el río cuando pasa,
porque nunca volverá.

La lágrimas que saben más amargas,
son las que llevan dentro las palabras,
que se quedaron en tu corazón.

La noche siempre trae algún consejo,
pero el silencio aviva los remordimientos,
yo fui en tu vida un baile sin canción.

Y ahora que te digo: "Adiós"
y se abren mis alas,
me pides perdón.

"Te quise como a nada más,
como al respirar,
te quise como el fuego al viento
en una noche de San Juan.
Y ahora que me voy me das,
la luna sobre el mar.
Ahora que no hay más destino
que el camino en soledad"

Ya queda poco por decir,
y poco para recordar.
Que llora el río cuando pasa,
porque nunca volverá.

 "Y ES QUE TE QUISE COMO A NADA MÁS, 
COMO AL RESPIRAR,
TE QUISE COMO EL FUEGO AL VIENTO
EN UNA NOCHE DE SAN JUAN.
Y AHORA QUE ME VOY ME DAS,
LA LUNA SOBRE EL MAR.
AHORA QUE NO HAY MÁS DESTINO
QUE EL CAMINO EN SOLEDAD"

Ya queda poco por decir,
y poco para recordar.
Que llora el río cuando pasa,
porque nunca volverá.


El primer día de mi vida sin ti,
"Cosí tu sombra al viento que se marcha",
guarde un suspiro de después de partir,
"Dejé una carta para mis fantasmas".

Y el primer día de mi vida sin ti,
"Cubrí recuerdos con sábanas blancas",
"soplé en tu cara todo lo que sufrí",
llego la música hasta mi ventana :D

La oreja de Van Gogh

https://www.youtube.com/watch?v=aHpGT_8Lni8


jueves, 24 de octubre de 2013

AY

¿Me tienes decepcionada?, ¿me has decepcionado?, ¿estoy decepcionada contigo?, va , no se como fue, pero centrémonos en la palabras importante; DECEPCIONAR. Eso fue lo que me dijo mi amiga, de la cual hablé en la entrada anterior hace poco, ya os podeis imaginar mi reacción:
Como dos tortas en la cara, como  un puñal, como si alguien pisoteara mi estómago, como si me arañaran las palabras desde dentro, en resumen, pero que mal.
No lo entiendo, no se que e echo, no se que quiere, que busca, que pretende, no tengo ni idea, solo se que decirme eso después de todo es hacerme llorar.

martes, 22 de octubre de 2013

No hay final feliz



Todas las historias tienen un final y no es feliz;

quizá me equivoqué pensando en un futuro junto a ti.

Y sé que no se puede cambiar nada ya,

paso de rayadas porque ni siquiera ya me quedan ganas.

Tengo una espina clavada que se agota como la tinta,

no todo es tan bonito como te lo pintan.

Y lo siento, sé que no soy perfecto pero caray,

juro no volver nunca jamás a mirar hacia atrás.

Nadie puede calmar este odio que encierro dentro,

mi cuerpo está por explotar, murió y quedó sin sentimientos.

Miento al decir que soy otro pero vivo en el abismo,

no es que mi corazón esté roto, es que ya no es el mismo.

Mis ojos están secos, ya no lloran,

pero quiero desahogarme de este peso que me controla.

Y quizás sea verdad, ya no sé qué creer,

quizá el amor no exista y me pregunto por qué creí en él.

Las promesas son mentiras, el silencio te escucha,

el tiempo nos olvida, la vida es una continua lucha.

El paisaje cambia porque no puedo pintarlo yo;

si sigo aquí es porque tengo un contrato con Dios.

Mis heridas no se sanan, pero sí se hacen más grandes.

¡Tú no me entiendes, cállate, mírame, dime que sientes!

Tú decides si quieres olvidarme o vivir con eso.

Confieso que no sigo siendo aquel aunque lo intento.

Te juro que pensé que tú podías ser mi vida

y no quiero pensar que me equivoqué como la mayoría.

y sé que mereces mucho más,

quizás me sienta así por nunca sabértelo dar.

Se empieza por perder la ilusión y luego la magia,

después va la esperanza hasta que ya no queda nada;

¡Solo rabia, odio! Todo esto porque se acaba.

Sientes como la poca luz que queda se apaga.


Y no hay final feliz, pero sí pudo haberlo

si no fuera por esta vida que llevo podría verlo con mis propios ojos,

y sí, se que fue por mi culpa,

dejé de poner de mi parte y me callé como una puta.

Yo también cometo errores y estoy harto de pecar,

por mucho que me mueva siento estar en el mismo lugar.

¿Rectificar o no? He aquí la cuestión,

lo siento no sirvió de nada: el orgullo pudo al corazón.

Lo reconozco, los dos tuvimos fallos,

pero yo me acabé cansando del amor cuando sé que tú no.

Y lo peor es que sueño con recuperar esa vida,

el rap me arrebató tantísimo que ni te lo imaginas.

Y juré no mirar hacia atrás pero cada día lo hago,

sabes bien que es la primera vez que me arrepiento de algo.

Quiero cambiar, fui ese cobarde que se dio por vencido

y te aseguro que me odio y odio en lo que me he convertido,

solo soy uno más o ni siquiera eso.

Yo también sufro aunque no rezo a un dios solo me tengo a mí.

Perdí personas, perdí tiempo y cosas que me quiero,

algo que no podría pagar ni el mismísimo dinero.
PORTA


https://www.youtube.com/watch?v=zC4DQFMcil0

Martes 15

Un sitio insípido, pocos colores, un ambiente de tristeza, pañuelos que recogen lágrimas, ojos como cristales rotos, y una empleada acostumbrada a la tristeza recogiendo las lágrimas de los desafortunados, algunos suspiros, pocos ya gritos de dolor, muchas voces, muchas bocas con una mueca amarga, una puerta intraspasable, una mujer perdida en la multitud,  una triste melodía de llantos y desesperación.
Nunca creí que tendría que enfrentarme así tan pronto, a tan corta edad eso, bueno, supongo que nunca nadie esta preparado para algo así, y mucho menos lo estaba mi mejor amiga.
Aún no se si hice bien, o si hice mal, pero entré en aquel lugar, estaba nerviosa, pero un gran amigo me mantenía estable. La vi, por un momento sostuve la respiración, el llanto, la angustia, el malestar, se me cayó el alma, y casi dejo paso otra vez a la catarata de sentimientos que se precipito por mis ojos al enterarme, cuando no me lo podía creer, cuando tardé en asimilarlo, cuando el dolor se internaba en mi aún cuando no tenía nada que ver conmigo, pero esta vez, por ella, por mi misma, por él, no lloré.
Y allí estaba, sentada, entre pañuelos, entre lágrimas y ojos rojos e hinchados, ojos perdidos, ojos que ni si quiera querían abrirse para darse cuenta de la realidad, su cabeza buscando el consuelo de sus propias manos, intentando aceptar ese duro golpe. Le di un abrazo.
-Que haces aquí?
+Nada, es que no tenía otra cosa que hacer.
No esperaba que se alegrara, y mucho menos de verme, no esperaba que dejara de llorar, ni si quiera esperaba tener conversación con ella, sabía perfectamente como estaría, como reaccionaría, lo que me diría y que en cierto modo no le haría gracia que fuera, o eso pienso y sigo pensando, ya que tras haberle pedido perdón en un escrito por eso, no dejé que me contestará, así que ni supe, ni sabré lo que pensaba. No sabía como reaccionar, que debía hacer o como se comportaría ella en caso contrario. Yo solo quería verla, solo quería demostrarle de alguna manera que estaba ahí y lo estaría siempre.
Los siguientes días fueron horribles, eso sucedió el Martes 15, el Miércoles supongo que vino obligada por su madre al instituto, se respiraba tal depresión..., no le dije nada en todo el día, lo que le tenía que decir ya se lo dije el día anterior sin palabras, pero no me separé de ella ni un instante en todo el día.
Es duro ver sufrir a alguien tan querido, es duro estar sentada a su lado un día entero y ver como se acuerda a momentos, como su aura gris llena toda la sala, como sigue llorando y como lucha contra sigo misma para hacer parecer que queda algo de vida en ese cuerpo cansado por la pena. Se me inundaban los ojos, era tal panorama, tal tristeza, en cierta manera compartía su tristeza, pero en un grado mucho mas inferior, no quería hablar, ni reír, ni nada parecido, solo acompañaba, acompañaba, solo eso, como un personaje secundario subordinado al principal.
Hubo una situación que nunca se me olvidará en la que con voz desanimada y apenada pronunció mi nombre, la miré y dijo: "nada", me pareció ver en ese momento un brillo fugaz de alegría y ternura en sus ojos que desapareció al instante, hasta ahora lo he interpretado como un: "gracias".
Comió lo se come un día en 4, seguro que tampoco dormía mucho, o por lo contrario permanecía toda la tarde así para dejar de pensar, pero preguntar por su bienestar en ese momento hubiera sido ridículo, pero si le llevaba la cuenta de cuando y que comía, la verdad es que me preocupaba, pero supongo que es lo que tiene, ella misma me dijo: "No tengo hambre, tengo la barriga llena de tristeza", los disgustos quitan las ganas de vivir, y que otra cosa te mantiene mas vivo que el alimentarse?
Por suerte, el viernes volvió a sonreír, no una carcajada, ni una gran sonrisa de esas que muestran sus dientes ahora perfectos por años de tratamiento, solo una simple, frágil y resbaladiza curva en sus labios. Y mi ánimo creció, empezó a bromear, a intervenir en conversaciones con las demás amigas, hasta a hablar de sus sentimientos y confesarme cosas de ellos que jamás me diría estando normal, o a hasta darse cuenta de que le venía bien distraerse un rato, a aceptar poco a poco lo que había sucedido.
Estos días han sido muy duros para mi, pero vuelvo a repetir y a recalcar que nada en comparación a lo que ella, pero quería escribirlo porque jamás pensé que me pudiera afectar tanto las cosas de los demás, de verdad que sufrí bastante, demasiado quizás, en mi casa la preocupación y la pena me volvía a asolar. Soy una persona muy empática, casi sufro mas por los demás que por mi misma, pero no importa, no es algo voluntario, pero que menos podía hacer por ella?.
El otro día en lengua nos pidieron hacer un comentario de un texto sobre la muerte, que acertado..., tenía muchísimas dudas, pero decidí no intervenir en toda la clase por respeto a ella, que en su recuerdo volvía a internarse en lo mas profundo de su mente y de su dolor poco a poco mitigado. Tenía que compartir su silencio, no iba a hacer como si nada pasará, porque no era así. Otra cosa interesante es el respeto, yo respeté su dolor, no la iba a animar, porque entiendo que no se puede animar en algo así, y porque me parece comprensible que sufra durante unos días, no le di palabras de ánimo ni de consuelo, pero creo que no son necesarias, es mas, molestan, recuerdan una y otra vez que él ya no está, solo hacen falta algunos gestos cariñosos o el propio respeto del que hablo aunque sea en silencio, ese para mi es el que creo mayor consuelo y el que yo le dí.
Seguro que sigue sufriendo en su casa, pero por lo menos ahora tiene la fuerza de mantenerse firme delante de todo el mundo, su abuela es la que ha quedado mas desorientada, la mujer del fallecido, pero ahora la familia le hace compañía para que no este sola en estos momentos y entre todos harán que todo vuelva a la normalidad, y en cuanto a Carri, mientras ella esté "bien", yo también.

lunes, 7 de octubre de 2013

Insomnio

Por el viejo ventano donde interna una rama
una albahaca apoplética de verdores, me llama
el paisaje romántico de la noche otoñal.
Dejo el lecho mullido que hoy me creo de plomo;
abro el viejo ventano, y a la noche me asomo
que me funde en un beso dulcemente glacial.

El paisaje me bebo mientras muere la una
y un traslúcido peplo de mis hombros la luna
cuelga alegre y nevada desde el cielo zafir,
y en la higuera del patio se desmayan las hojas,
y van -aves extrañas volanderas y rojas-
hacia rizos tejados a rodar y a gemir...

¡Oh, la noche de otoño!... ¡Qué apacible y serena,
con la luna en el pleno y una brisa que suena
en la bóveda cóncava como un gran cascabel,
y que trae de un guitarro los melados llorares,
los temblores cantores de los magnos palmares,
y las dulces fragancias del huertano vergel...!

Me reclino en los hierros del alarbe ventano
con los ojos perdidos en un astro lejano
y el oído despierto para todo rumor...
Esta noche de otoño que de mayo parece,
de dulzura me parte, de ansiedad me estremece,
de poesía me ahoga y me mata de amor.

Por la sombra del éter una estrella resbala;
en un próximo aprisco melancólico bala
un chotillo que busca de la madre el querer;
y de un nido cercano, con calientes aromas
viene un poema de arrullos de fecundas palomas
a ponerme en los labios un sabor de mujer.

La mirífica aurora a anunciar viene un gallo;
vuelvo a Oriente los ojos y de luz virgen me hallo
rebruñido. La luna ya comienza a espirar.
En el cielo la vida de un lucero se apaga;
un boscaje de nieblas por la atmósfera vaga,
y un sonoro bostezo quiere el día iniciar.

En la alábega fresca donde brilla el rocío
hundo el rostro que se unge de perfume bravío...
Luego trazo en mi pecho la señal de la cruz.
Y el ventano abandono porque el alba no vea
que un raudal de poesía por mi boca chorrea
y los ojos dos lágrimas me salpican la luz.

Autor: Miguel Hernández

Date cuenta

Si supieras cuanto he tenido que callar,
cuantos gritos he tenido que amordazar,
cuanta desesperación he tenido que calmar...

Si supieras cuanto he aguantado,
cuantas veces me has fallado,
cuanto tiempo he malgastado...

Si supieras como has cambiado mi mundo,
como en un segundo,
has dejado mi corazón moribundo...

Si supieras las veces que mi orgullo he tragado,
cuantas veces me he desilusionado,
cuanto tus palabras me han machacado...

Si supieras cuanta alegría he tenido que fingir,
cuantas quejas reprimir,
lo mucho que me has hecho sufrir...

Si supieras cuanto he luchado,
cuantas lágrimas he derramado,
todo lo que por ti habría dado...

Si supieras cuanto me has echo enfadar,
cuantos malos pensamientos espantar,
cuantos bonitos recuerdos rescatar...



Si supieras que conozco todos tus movimientos,
si supieras que todos los días hacerte feliz intento,
si supieras lo que de ti dicen mis pensamientos...

Si supieras las veces que me has hecho sonreír,
si supieras que conozco hasta tu manera de escribir,
Si supieras entender lo que mi corazón hoy te quiere decir...

Autor/a: Cambiar mi mundo a mi manera

miércoles, 2 de octubre de 2013

Bonitos ojos

Oculta sin identidad,
convencida de que eso es lealtad,
privada de la gran  libertad.

Autor/a: Cambiar mi mundo a mi manera